jueves, 12 de noviembre de 2009

Alessio Bax y Lucille Chung/ Comentario de un concierto a dos pianos

¿Cuántas teclas se necesitan para tocar la esencia interna del ser humano?
Se necesitan las de un piano bien repasado por el ejecutante. Y si son dos pianos, la cosa puede alcanzar dimensiones casi extra sensoriales.
En una sala de concierto (dos pianistas interpretan a compositores rusos), se tienen estas opciones:
-Bostezar y dormitar fingiendo profunda entrega.
-Cerrar los ojos y sentir que está en su habitación escuchando un CD.
-Cruzar la pierna con frecuentes cambios para aligerar el peso del cuerpo sobre una sola nalga.
-Recibir con todos los sentidos las vibras fluidas, engendradas del tecleo.


El italiano Alessio Bax y la canadiense Lucille Chung cerraron el Festival Bravissimo 2009, de la Organización para las Artes Francisco Marroquín, con un concierto para dos pianos.


Alguna vez escuché decir que interpretar a los compositores rusos y polacos es harto difícil, porque sus obras tienen una arquitectura musical bastante compleja y se requiere de mucha habilidad técnica para abrirle el corazón al piano.

No cualquier pianista, por profesional que sea, se anima con uno de esos hilos entretejidos en los que se está a un milisegundo de tropezar y quedar como un torpe. A veces, los pianistas prefieren algo más relajante, algo suave; algo menos tambaleante que caminar sobre la cuerda floja.


Desconozco si eso es verdad eso de que la arquitectura rusa o polaca es más compleja que la mayoría de composiciones famosas occidentales. Pero no me cabe la menor duda de que a la pareja Bax-Chung se le fue toda el alma en la interpretación. Ha de requerir no solo habilidad técnica y mucho aceite en los dedos, sino además una hondura espiritual para poder subir así, con tanta energía, a la cima de las montañas de notas musicales y luego descender, a veces de un solo tirón —a ratos pausadamente—, pero siempre tocando como si se les fuera la vida en cada composición.

Ella, la chinita, ágil vibración jadeante sobre las teclas; creadora de remolinos y de ráfagas vivientes —por algún lugar andarán todavía sus notas, vagando en alguna dimensión pues la música nacida de un piano nunca muere—. Ella genera los acordes agudos, interpretando a gran velocidad los planos del complejo edificio que dejaron escritos Lutoslawski, Stravinsky, Shostakovich y Rachmaninov.

Él, un pianista magistral, de gran soltura y de compás elegante, pulsa los acordes graves haciendo temblar el aire entre ambos —dos pianos, frente a frente, separados por un ramo de rosas—.

Los compositores que interpretaron Alessio Bax y Lucille Chung dejaron órdenes precisas; acomodaron nota tras nota en el pentagrama para que la construcción de sus edificios no quedara en las manos de cualquier fulano. Con instrucciones casi crípticas —como para evitar la profanación— escribieron lo que hoy bellamente ejecuta esta pareja ítalo-canadiense: el ballet completo Petrushka (Stravinsky); el Concertino para dos pianos, Op. 94, de Shostakovich, y la Suite No. 2 para dos pianos, Op. 17, de Rachmaninov.
Las hojas de los pentagramas vuelan estallando los bemoles y sostenidos más exigentes.

Y la música nace, encrespada, impetuosa, jadeante. Chung casi danza mientras toca el piano, y Bax recibe con gran delicadeza los movimientos de ella, transformándolos en rabia y en serenidad.
Allá cada cual si duerme, cambia de pierna sobre la butaca o absorbe. Estos músicos que tenemos hoy delante abren cada fisura del pentagrama y nos lanzan al abismo.


(Alessio Bax ganó el Avery Fisher Career Grant 09, otorgado por Lincoln Center de Nueva York; también el Primer Premio de la célebre Leeds International Piano Competition, y el Primer Premio de la Competencia Hamamatsu, otorgado en Japón.
Lucille Chung es el Primer Premio de la Competencia Igor Stravinsky y Medalla de Plata de la Competencia Internacional Franz Liszt, realizado en Weimar, Alemania. El concierto fue celebrado el jueves 4 de noviembre en el auditorio Juan Bautista Gutiérrez, Organización par las Artes Francisco Marroquín, ciudad de Guatemala).




(Mi otro Blog, bienvenido/as a:La Era del Moscardón:
http://www.juancarloslemus.com/

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